Abordaré el tema del SIBO – Small Intestinal Bacterial OverGrowth: Sobrecrecimiento Bacterial del Intestino Delgado – a través de un caso concreto.
Una mujer consulta tras dos años de padecer SIBO, vamos a llamarla Lucía para mantener su privacidad. Lucía es divorciada y comparte con su exmarido la custodia de sus dos hijos en común, ambos viven en la misma zona. El SIBO le fue diagnosticado un par de meses después de notar su primer síntoma, “hinchazón intestinal”, relata ella. Le han detectado niveles de hidrógeno y metano que provienen de la fermentación de alimentos. ¿Qué está pasando en su intestino delgado a la vista de estos resultados? En su intestino delgado se está produciendo una proliferación excesiva de bacterias; este exceso se ha producido ahí o bien ha pasado desde el colon, donde se encuentra el 90 % de nuestra microbiota.

Simbología aparato digestivo
Estamos por tanto en el aparato digestivo, el encargado de ingerir, salivar, tragar, digerir, hacer avanzar, absorber, asimilar y metabolizar el alimento que entra de fuera, del exterior, al cual llamamos en biodescodificación el “pedazo”, y también elimina de ese pedazo al exterior lo que no es aprovechable para nuestro organismo.
Toda dolencia que se manifieste en este sistema va a ser una metáfora de nuestra relación con el mundo exterior, con el pedazo que entra de fuera. Me va a hablar de lo que yo no acepto y rechazo por tóxico, de lo que no puedo asimilar porque es inadmisible, de lo que no puedo dejar pasar porque es inaceptable, de lo que no soy capaz de eliminar aunque sea tóxico y ya no me sirva, de lo que retengo y quiero conservar dentro de mí, del alimento emocional que espero y no llega, y de un largo etcétera de mensajes que muestran que en mi relación con el exterior hay un conflicto.
Significado SIBO
Y el SIBO no es una excepción. La función del intestino delgado, entre otras, es la de seleccionar los nutrientes que vamos a integrar en nuestro organismo; aquí se realiza la asimilación del pedazo, se produce la selección, lo que no sirva va a pasar al colon para su eliminación posterior. La sobreproliferación de bacterias en el intestino delgado va a competir por la absorción de estos nutrientes, resultando en carencias nutritivas y malabsorción en la persona que lo padece. A esta carencia le preceden normalmente otros síntomas comunes como la inflamación, digestión lenta, dolor abdominal, diarrea, gases excesivos y, como consecuencia, podrá haber pérdida de peso, anemia y fatiga, entre otras posibles. Lucía, con el tiempo, va a padecer también algunos de estos síntomas, especialmente una digestión lenta con exceso de gases.
Hay múltiples causas para el SIBO estudiadas a nivel fisiológico y funcional, tales como la existencia previa de otras enfermedades inflamatorias intestinales, intervenciones quirúrgicas, disminución de la secreción digestiva gástrica o intestinal y disfunción en los movimientos musculares del intestino para propulsar el “pedazo”, llamado peristaltismo, entre otras; pero voy a centrarme y describir los conflictos emocionales que suelen acompañar esta dolencia, que es de lo que nos ocupamos en biodescodificación.
Emociones y SIBO
Lucía muestra a través de sus síntomas una incapacidad de asimilar algo concreto. Está viviendo seguramente una situación que ha llegado a tragar, ha llegado incluso a digerir en parte, pues ya ha pasado por el estómago, pero aún no la ha absorbido, no la ha llegado a aceptar; aún está por integrar en su vida. Un pedazo que no se logra asimilar es en general un pedazo “grande”: algo injusto o quizás ofensivo, insultante, algo feo, sucio, en definitiva, indigesto en extremo. Y de especial atención es que es algo que se vive con rabia y rencor no expresados, y esto agudiza la inflamación.
¿Y qué es ese algo en la historia de Lucía? Hace dos años su exmarido, con quien tiene una relación amistosa, se mudó con su actual pareja a un nuevo piso en su misma zona; es entonces cuando ella desarrolla al poco tiempo su primer síntoma. El drama para ella no es que él rehaga su vida, sino la actitud de la nueva mujer, la cual toma un papel maternal y de control sobre sus propios hijos. Ellos mismos en ocasiones se lo cuentan a Lucía como queja, pero Lucía no puede decir nada: el exmarido se enfada sobremanera si hay la menor crítica hacia la nueva pareja.
Lucía siente esta actitud como una infravaloración de su papel maternal, como si ya le quitaran su papel de madre. Según sus palabras: “Es como una piedra que tengo que tragar… me lo tengo que tragar todo y disimular… sus intenciones me consumen (refiriéndose a la nueva pareja)… yo no importo nada, es lo que diga ella… siento un puño en el estómago”. Todo esto lo refiere con una voz impregnada de rabia y rencor que constantemente tiene que guardar cara al exterior, para sí. Y esto es casi a diario, lo cual mantiene a Lucía en un estrés constante que aún perjudica más su sistema digestivo, favoreciendo el SIBO.
Vemos claramente que sus expresiones son muy gráficas, que sus síntomas reflejan simbólicamente estas emociones y sensaciones. Cuerpo y psique están en coherencia, ambos nos hablan de un conflicto vital, de algo inadmisible que no integra en su vida, que le produce rabia y que tiene que tragar y además disimular.
En este caso el primer paso para la sanación se ha dado: Lucía ha expresado desde lo más profundo cómo vive esta situación, soltando así su estrés. Ha podido también cambiar su mirada sobre la situación, tomando conciencia de que su papel de madre es para siempre, al igual que sus hijos lo serán siempre, y que estos ya tienen edad suficiente para poder plantear sus quejas ante su padre de forma madura. En definitiva, ha empezado a aceptar esta nueva situación y dejar de vivirla como un drama.
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